viernes, 6 de marzo de 2009

Introducción a la Psicología


Todos somos en cierto modo psicólogos. En nuestra vida diaria hacemos lo que un psicólogo hace en un laboratorio. Observamos a nuestros compañeros humanos y escuchamos lo que dicen, Observamos cómo reaccionan ante lo que hacemos. Juntamos toda la información de nuestras observaciones y establecemos teorías (las personas de baja estatura son agresivas; las mujeres, nerviosas para manejar; los estudiantes de pelo largo fuman marihuana, etc.). Luego probamos estas teorías observando si nuestras predicciones son acertadas o buscamos alguna evidencia para apoyarlas. A menudo nos equivocamos, aun cuando no lo admitamos fácilmente. Nuestro sentido común puede ser suficiente en varias situaciones y tareas, pero también nos puede llevar a falsas conclusiones y hacer inútil nuestro trabajo. Muchas de nuestras ideas sobre la naturaleza humana, la personalidad o las influencias culturales pueden no ser más que simples prejuicios o estar basadas en suposiciones derivadas de nuestra propia naturaleza, personalidad y educación. Posiblemente seamos malos observadores de los fenómenos, personas que no discriminan la información, o también carecer de una adecuada capacidad para asimilar las ideas complejas, y todo ello nos puede llevar a un mal empleo de la psicología, es decir, a “psicologisar”.


Como ciencia moderna, la psicología ha entrado a una etapa excitante, en la cual un descubrimiento sigue a Otro. Las técnicas de investigación se han venido desarrollando firmemente a lo largo de este siglo y los resultados de muchos experimentos psicológicos posteriores poseen una autoridad y una claridad de las que carecían los trabajos iníciales. Estos resultados, fundidos en un cuerpo teórico, también se han vuelto más accesibles e inteligibles y, como tal, pueden ser de mucha mayor utilidad para cada uno de nosotros.

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